Historia de la parábola
El
matemático griego Menecmo (vivió sobre el 350 A.C.) descubrió estas curvas y
fue el matemático griego Apolonio (262-190 A.C.) de Perga (antigua ciudad del
Asia Menor) el primero en estudiar detalladamente las curvas cónicas y encontrar
la propiedad plana que las definía.
Apolonio descubrió que las cónicas se podían clasificar en tres tipos
a los que dio el nombre de: elipses, hipérbolas y parábolas.
Las elipses son las
curvas que se obtiene cortando una superficie cónica con un plano que no es
paralelo a ninguna de sus generatrices.
Las hipérbolas son las
curvas que se obtiene al cortar una superficie cónica con un plano que es
paralelo a dos de sus generatrices (Base y arista).
Las parábolas son las
curvas que se obtienen al cortar una superficie cónica con un plano paralelo a
una sola generatriz (Arista).
Apolonio demostró que
las curvas cónicas tienen muchas propiedades interesantes. Algunas de esas
propiedades son las que se utilizan actualmente para definirlas. Quizás las
propiedades más interesantes y útiles que descubrió Apolonio de las cónicas son
las llamadas propiedades de reflexión. Si se construyen espejos con la forma de
una curva cónica que gira alrededor de su eje, se obtienen los llamados espejos
elípticos, parabólicos o hiperbólicos, según la curva que gira.
Apolonio
demostró que si se coloca una fuente de luz en el foco de un espejo elíptico,
entonces la luz reflejada en el espejo se concentra en el otro foco. Si se
recibe luz de una fuente lejana con un espejo parabólico de manera que los
rayos incidentes son paralelos al eje del espejo, entonces la luz reflejada por
el espejo se concentra en el foco. Esta propiedad permite encender un papel si
se coloca en el foco de un espejo parabólico y el eje del espejo se apunta
hacia el sol. Existe la leyenda de que Arquímedes (287-212 A.C.) logró
incendiar las naves romanas durante la defensa de Siracusa usando las
propiedades de los espejos parabólicos. En la actualidad esta propiedad se
utiliza para los radares, las antenas de televisión y espejos solares. La
propiedad análoga, que nos dice que un rayo que parte del foco se refleja
paralelamente al eje sirve para que los faros de los automóviles concentren el
haz en la dirección de la carretera o para estufas. En el caso de los espejos
hiperbólicos, la luz proveniente de uno de los focos se refleja como si viniera
del otro foco, esta propiedad se utiliza en los grandes estadios para conseguir
una superficie mayor iluminada.
En
el siglo XVI el filósofo y matemático René Descartes (1596-1650) desarrolló un
método para relacionar las curvas con ecuaciones. Este método es la llamada
Geometría Analítica. En la Geometría Analítica las curvas cónicas se pueden
representar por ecuaciones de segundo grado en las variables x e y. El
resultado más sorprendente de la Geometría Analítica es que todas las
ecuaciones de segundo grado en dos variables representan secciones cónicas se
lo debemos a Jan de Witt (1629-1672). Sin lugar a dudas las cónicas son las
curvas más importantes que la geometría ofrece a la física. Por ejemplo, las
propiedades de reflexión son de gran utilidad en la óptica. Pero sin duda lo
que las hace más importantes en la física es el hecho de que las órbitas de los
planetas alrededor del sol sean elipses y que, más aún, la trayectoria de
cualquier cuerpo sometido a una fuerza gravitatoria es una curva cónica. El
astrónomo alemán Johannes Kepler (1570-1630) descubrió que las órbitas de los
planetas alrededor del sol son elipses que tienen al sol como uno de sus focos
en el caso de la tierra la excentricidad es 0.017 y los demás planetas varían
desde 0.004 de Neptuno a 0.250 de Plutón. Más tarde el célebre matemático y
físico inglés Isaac Newton (1642-1727) demostró que la órbita de un cuerpo
alrededor de una fuerza de tipo gravitatorio es siempre una curva cónica.